La lluvia no cesa. No soporto el sonido del agua sobre la acera, no disfruto observarla a través de las ventanas. El sol se esconde, igual que mis deseos de continuar.
Antes me gustaba, antes salíamos a mojarnos la cara con las gotas frías, sin importarnos el invierno o la gente que nos miraba, porque tus brazos me abrigaban y me protegían de todos.
Hoy prefiero estar aquí en la oscuridad, encerrada, cobijada con mis angustias y mis recuerdos de ti. Las cortinas corridas para no ver la calle.
Recuerdo tu olor y tu voz profunda, me siento muy poco, tan sola sin ti. Me hacen falta tus manos, quisiera dormir y despertarme cuando el sentimiento que me abruma hoy, haya desaparecido.
Estoy llena de ausencia y vacía de sentido.