Veneno II

Chris transita por el callejón, ha seguido cada una de las indicaciones, al final, localiza una pequeña puerta. La llave para abrirla está bajo el bote de basura. La introduce en la cerradura, entra, camina diez pasos, a su izquierda, se encuentra el interruptor de la luz. No lo encenderá hasta que se le indique. Se queda parado. Después de algunos minutos se siente delirante. No hay indicación de encender la luz. Busca el botón, pero no se decide a oprimirlo. Debe esperar. Luego de quince minutos más escucha la voz de su hija:

—Enciende la luz.

—Dios santo, Gloria, ¿estás bien?

—Enciende la luz.

Lo hace. Gloria está sentada mientras un revolver apunta a su frente. Solloza silenciosa. Una lágrima cae sobre la falda de su vestido.

—Solo tienes que entregarme las caja. No hagas nada si no quieres que jale el gatillo. —Le dice un hombre con la cara cubierta por un pasamontañas. Andrés muestra el objeto. El individuo estira su mano izquierda para tomarla, pero aquel la aleja.

—Primero suéltala.

—No estás al mando.

—Sí lo estoy. Suéltala primero, si no quieres que accione el explosivo que coloqué. O la sueltas, o nos morimos todos.

El hombre lo mira un momento sopesando las posibilidades. Suelta a la chica, y le dispara a Andrés en el pecho. Gloria corre a su lado al verlo caer, parece que respira. Toma el estuche, examina el botón para accionar el explosivo. Vislumbra al individuo acercarse. Solo es un segundo de decisión.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.